Saludos cordiales
En primer lugar, quiero expresar mi gratitud al Comité Organizador por este evento, que me ha brindado la oportunidad de transmitir mis escritos y puntos de vista.
Como muchos de nosotros sabemos, los acontecimientos geopolíticos, económicos y militares de los últimos años han evidenciadp cambios muy rápidos y significativos. Lo que demuestra que todo está empezando a girar en la dirección que da un espacio mucho más amplio a la lucha, la formación y el fortalecimiento del Movimiento de Izquierda en cualquier parte del mundo. Aunque de hecho, por supuesto, esto no ocurrió de repente, sino a través de un largo proceso que con el tiempo se fue acumulando y mostrando cada vez más su impacto. Ha habido una gran cantidad de nuevas cooperaciones entre unos pocos países grandes que recientemente se han fortalecido con muchos países más pequeños. Por lo general, China, Rusia, India y varios otros países son los pioneros de esta cooperación, que crecen y se desarrollan muy bien cada año. Esta cooperación se llevó a cabo con gran entusiasmo y valentía, lo que directa o indirectamente logró frenar, reducir y detener la hegemonía de los países imperialistas. La hegemonía occidental, que ha durado casi 80 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, nunca ha conseguido mejorar el orden mundial ni traer la prosperidad. Al contrario, ha causado a la sociedad y a la cultura de muchos países muchos daños, tanto físicos como sociales.
China, después de un muy largo proceso, con toda su inteligencia y su ética del trabajo duro, ha demostrado su capacidad para crecer y desarrollarse sin tener que colonizar otros países. Sin tener que perturbar, atacar, ocupar, saquear e incluso matar a ciudadanos de otras naciones. En las dos últimas décadas, lo que China ha demostrado con sus esfuerzos por convivir unidos en esta tierra ha abierto los ojos del mundo a la esperanza de cooperar y convivir de una forma más justa en igualdad. Sin condiciones previas llenas de hipocresía (como la unilateral versión de requisitos previos por la democracia y derechos humanos de Occidente) que hasta ahora han resultado ser los malvados planes de los países imperialistas occidentales. Sin eso, China, Rusia e India han sido capaces de atraerse el corazón de muchos países en desarrollo para trabajar con ellos. Otros países importantes como Brasil, Sudáfrica, Irán y Arabia Saudí también mostraron interés en convertirse con ellos en una nueva potencia, que rápidamente encontraron sintonía con este ritmo.
En el lado opuesto, los países del imperialismo occidental, que siguen pensando que permanentemente pueden mantener su poder e influencia de manera anticuada, muestran cada vez más su lado codicioso, astuto y despiadado. Nos lo ha recordado mucho la última noticia de Platform News, que informó la manera en Francia ha ido perdiendo crecientemente influencia en África Occidental, debido a la decepción ante las dulces promesas llenas de mentiras. También explicaba que la firmeza de China hacia quienes osen interferir en Taiwán será el responder con fuego. Platform News también mencionó las declaraciones de varios jefes de Estado que claramente no quisieron expresar hostilidad ante Rusia por el caso de Ucrania. Incluso varios países de Europa Occidental que son miembros de la UE-OTAN, no comparten plenamente la misma valoración y están de acuerdo con los pasos sugeridos por Estados Unidos para implicarse directamente en la crisis ucraniana. Puede decirse que el romanticismo y la filosofía de la convivencia, la visión política y la forma diferente de autodesarrollo de la que China ha sido pionera en los últimos tiempos, han dividido al mundo en opciones muy diferentes. El mundo se encuentra actualmente en dos encrucijadas decisivas.
Mi país, Indonesia, que es uno de los países del Sudeste Asiático, al igual que muchos otros países en desarrollo del mundo, está experimentando una situación difícil para hacer frente a este rápido cambio. Mi país tiene una gran superficie (70% marítima y 30% terrestre) casi tan grande como toda Europa Occidental o toda la masa continental de Brasil. Con una población de casi 275 millones de habitantes, es sin duda un mercado lucrativo para muchos países de la configuración económica mundial. Pero asimismo posee un potencial extraordinario para convertirse en un gran país desarrollado. Muchos destacados analistas y expertos estiman que Indonesia se ubicará entre los 10 países con mayor poder económico, ya en los próximos 20 años.
Pero antes, durante casi 60 años, mi país tuvo la mala experiencia de cooperar con los países occidentales y orientarse hacia ellos (tanto política como económica y militarmente). Esa mala experiencia nos enseñó muchas lecciones valiosas, que mostraban cómo los países imperialistas nos engañaban, actuaban hipócritamente y nos atrapaban en una asfixiante servidumbre por medio de la deuda. Todo empezó con los contratos de trabajo en los sectores del petróleo, el gas, los minerales y los bosques a finales de los años 60, en que el contenido de los contratos era completamente injusto, con un reparto desigual de los beneficios. La transferencia de conocimientos tampoco funciona. La costumbre de los conglomerados occidentales de confabularse siempre sobornando a los altos funcionarios de nuestro país para que la corrupción forme parte de su cultura desde hace casi 50 años. El resultado de todo ha sido la aparición de la miseria, la pobreza, el atraso y un lento desarrollo. Mi país es un país rico en recursos, con abundantes yacimientos de petróleo, gas natural, minerales y bosques. Por no hablar de la riqueza del mar, que ocupa el 70% de la superficie geográfica de nuestro país. Casi todos estos sectores fueron expoliados por los conglomerados occidentales. Lo que quiero resaltar es el hecho importante que el saqueo de los recursos naturales de nuestro país comenzó cuando el movimiento de izquierda en nuestro país fue asesinado. Casi todos los miembros de los partidos fueron asesinados, los partidarios de los partidos fueron encarcelados y exiliados. Ocurrió a mediados de los años sesenta. Y creo firmemente que la purga del movimiento de izquierda en Indonesia fue claramente una intervención activa de muchos países imperialistas en aquella época. Interferir en los asuntos internos, enfrentar unos contra otros y crear un gobierno títere, o patrocinar un levantamiento, son formas que han replicado con frecuencia en otros países, desde su éxito en el aplastamiento del movimiento de izquierda en mi país. Esto se puede ver claramente en muchos casos, alrededor de la década de 1970-1980, en muchos países de América Latina, y los países de la Primavera Árabe (década de 2000), Afganistán, Irak y otros (década de 1990). Su comportamiento es terrible. Está claro que hay que dejar de cooperar con países que se comportan mal.
Por suerte, en los últimos 10 años, nuestro Presidente, Jokowi, ha sabido leer muy bien la dirección del cambio geopolítico mundial. Ha tenido valentía para renegociar con los conglomerados occidentales y hacer que los contratos de trabajo sean más claros y justos, cerrar y abolir las instituciones oficiales, que no son más que un puñado de intermediarios comerciales, dar un paso valiente para ejecutar proyectos de infraestructuras hace mucho tiempo abandonados y asignar más presupuesto estatal a la salud y el bienestar de la población. Todas estas son políticas y acciones muy tranquilizadoras.
Sin embargo, otro obstáculo a tratar muy seriamente es la armonía de la vida nacional. Mi país tiene casi 275 millones de habitantes. Más del 80% de ellos son musulmanes. Es el país con mayor población musulmana del mundo. Un pequeño número de musulmanes pertenecen a grupos radicales muy notorios y agresivos. Sus esfuerzos por desbancar a nuestro Presidente son reiterativos y lo hacenincitando, calumniando y difundiendo noticias falsas a través de las redes sociales. Así influyenbastante en otros grupos musulmanes más pasivos. En definitiva, venden la religión para intentar ganar influencia y poder. Y no son de subestimar. Más allá de todo eso, creemos firmemente que detrás de todo lo ocurrido, ha estado el papel activo de los países imperialistas occidentales patrocinándolos para dañar la estructura social, desestabilizar a la población, enfrentarla entre sí e incluso intentar derrocar al gobierno legítimo. Actualmente todo sigue bastante bajo control. Pero en cualquier momento, cuando bajamos la guardia, las cosas pueden cambiar y rápidamente, dando la vuelta a la tortilla y sembrando el caos.
Una vez más, lo que me parece importante señalar en esta ocasión es que los imperialistas seguirán utilizando cualquier medio para imponer su influencia y su poder en cualquier parte del mundo. Nunca se detendrán. Así que a la inversa, la formación, consolidación y fortalecimiento del movimiento de izquierda, tampoco retrocederá ni se detendrá jamás. Los actuales cambios geopolíticos globales, como he descrito anteriormente, son muy dinámicos, rápidos y significativos. Casi todas las condiciones actuales nos brindan oportunidades a nosotros, los activistas del movimiento de izquierda. El mundo está cambiando rápidamente, y nosotros estamos en medio de ese cambio.
¡Buena lucha! ¡Hagamos lo mejor que podamos!
Gracias