‘El pretexto hoy es el “apoyo a Ucrania”, ¿lo será mañana la “defensa” de Taiwán?’

Estimados camaradas

En primer lugar, quisiera transmitiros el saludo fraternal de la ANC de Francia y nuestro agradecimiento al PDP, que no sólo nos acoge sino que desempeña un papel de primer orden en el desarrollo de esta plataforma, herramienta de encuentro, de intercambio y de acción de numerosas fuerzas progresistas de todo el mundo. Si el periodo que atravesamos es oscuro y cargado de amenazas para el futuro mismo de la especie humana, la plataforma aparece como una esperanza y un rayo de sol en la grisura ambiental. Todavía es un pequeño rayo, pero es uno que debe crecer bajo el tenaz esfuerzo de artesanos y artesanas de todo el mundo. No me detendré en las causas de la situación actual. Las hemos desarrollado durante las tres conferencias anteriores y hemos constatado un amplio acuerdo sobre el papel del imperialismo, en primer lugar el estadounidense, pero también el de sus Estados secuaces que forman parte de la OTAN o llaman a su puerta, como lo demostró la última reunión celebrada en Bruselas los días 14 y 15 de febrero.

Estamos convencidos de que la situación es preocupante, pero nuestra reunión demuestra que estamos decididos a evitar lo irreparable y a derrotar juntos a las fuerzas que sólo ven en la guerra un futuro para imponer su dominio del mundo en un momento en que su supremacía económica se ve cuestionada y en que los pueblos que aspiran a la plena soberanía eligen caminos distintos de los del capitalismo globalizado. Viniendo de Francia, sabemos muy bien que no estamos en la misma situación que la inmensa mayoría de los países del planeta, ya que nuestro país forma parte de esta alianza de imperialismos. Por cierto, podríamos y deberíamos haber puesto nuestro término antiimperialismo en plural…

Si Estados Unidos quiere seguir dominando el mundo, si puede mantener y ampliar sus bases militares, sólo puede hacerlo gracias al acuerdo de obediencia de los países cómplices, entre ellos Francia, uno de sus primeros alumnos. Lo hace en el seno de la UE, que en un principio se presentó como una alianza independiente de los bloques y que, como demuestra la guerra de Ucrania, de hecho se pliega completamente al capitalismo estadounidense cada vez que éste lo exige. Como comunistas franceses, esto significa que si queremos ser solidarios con los pueblos del mundo y ser así pacificadores, primero debemos luchar contra nuestro propio imperialismo, el de Francia y el de la UE.

El imperialismo francés es particularmente activo en África debido a sus intervenciones militares y al franco CFA, la moneda impuesta por Francia en el momento de la independencia y que mantiene a 15 países bajo su dominación monetaria y económica. Este imperialismo se manifiesta también en los más de 30.000 soldados presentes en África, permitiendo así la continuación de los acuerdos leoninos impuestos en el momento de la independencia y el saqueo por parte de las multinacionales francesas. Este imperialismo también se manifiesta en Oceanía, donde Francia quiere seguir manteniendo Kanakia (término que ni siquiera existe en la lengua francesa, nuestro Estado sigue llamando a este archipiélago con el nombre que le dieron los colonizadores en el siglo XVIII) bajo su control a pesar de la voluntad popular expresada en numerosas ocasiones, y por último en las Comoras, nación fracturada a la que Francia siempre ha negado su plena soberanía a pesar de las más de 20 resoluciones de la ONU que la condenan. También se manifiesta en la perpetuación del sistema desigual de sometimiento de los departamentos y territorios de ultramar, que no es más que un vestigio del antiguo imperio colonial francés. Por último, se manifiesta por su solidaridad sin fisuras con las demás potencias imperialistas, en primer lugar Israel, potencia ocupante sin derecho ni título en Palestina, brazo armado, con el pretexto de la religión, del capitalismo internacional en Oriente Próximo, lo que explica que tengamos al preso político más antiguo de Europa, Georges Ibrahim Abdallah, que lleva 39 años en las cárceles francesas por no haber querido renunciar a su lucha en apoyo del pueblo palestino.

Estamos liderando la lucha en Francia lo mejor que podemos en varios frentes:

1. En el movimiento social actual, que es el más fuerte desde hace décadas en términos de manifestaciones callejeras, huelgas dispersas y recurrentes, pero ninguna huelga general, lo que explica su duración y su dificultad para ganar. En este movimiento, que va mucho más allá de la cuestión de las pensiones, no dejamos de repetir que si el gobierno ataca las cuestiones sociales es porque ha previsto volcar sus esfuerzos en una economía de guerra. Francia, uno de los países más ricos del mundo, tiene más de 2 millones de parados con subsidio, mientras que sólo 3 de cada 10 desempleados reciben prestaciones. Los salarios son tan bajos que muchos asalariados ya no pueden vivir de su trabajo. Además, la vivienda está en crisis hasta el punto de que tenemos 4,5 millones de personas mal alojadas. Y no hablo de los extranjeros indocumentados que han tenido que huir de la miseria o de las guerras occidentales y se ven obligados a vivir ilegalmente cuando consiguen atravesar los cementerios marítimos en que se han convertido el canal de Mozambique, el estrecho de las Comoras entre Anjouan y Mayotte y el mar Mediterráneo. La ley de programación militar del gobierno prevé 413.000 millones de euros de gastos hasta 2030, es decir, un aumento del presupuesto del 30%. En comparación, el plan de jubilación está destinado, según el gobierno, a recuperar 12.000 millones: ¡menos del 3%! Este plan prevé el reclutamiento de 100.000 reservistas, es decir, 30.000 más que en la actualidad, y la prensa no duda en titular que “el ejército francés practica una guerra de alta intensidad”. Del mismo modo, el Ministro del Ejército acaba de anunciar el relanzamiento de la fabricación de armas estratégicas. El pretexto hoy es el “apoyo a Ucrania”, ¿lo será mañana la “defensa” de Taiwán? La UE, a través de su jefe de la diplomacia, Josep Borrel, acaba de declarar que “¡Taiwán es crucial para Europa! ¿En qué sentido? ¿Cómo una isla situada a miles de kilómetros de París y en los mares chinos puede ser tan “crucial” para el continente europeo?  ¿Se imaginan a China o Rusia declarando que Kanakia, las Comoras o Córcega son cruciales para su país? Inmediatamente de vuelta a casa, la prensa publicaría titulares sobre la irresponsabilidad de los declarantes y la declaración de guerra que tales declaraciones constituirían… Por eso, en cada manifestación por el empleo, los salarios y la protección social desplegamos nuestra pancarta en la que se lee “SÍ a la paz, NO a las guerras del imperialismo”, “salgamos de la UE y de la OTAN”. También hemos elaborado un folleto sobre este tema que podemos enviarte para su traducción si lo deseas.

2. En esta lucha contra las guerras imperialistas, si no escatimamos esfuerzos para dar a conocer nuestro punto de vista y nuestros análisis, intentamos hacerlo reuniéndonos, en primer lugar con las fuerzas comunistas dispersas en Francia, lo que se ha convertido en una realidad en nuestro país desde que el PCF, el partido histórico, abandonó un cierto número de puntos de referencia, incluidos los del internacionalismo, hasta el punto de apoyar también la venta de armas y la OTAN, aunque este discurso no sea unánime en sus filas. Reunir a los comunistas de nuestro país no es una cuestión sencilla y la reciente declaración del KKE, aunque no sea muy conocida en nuestro país, no ayuda y puede haber confundido a algunos de ellos, pero estamos trabajando en ello tenazmente porque es la condición para ganar conciencias. Obviamente, en este contexto celebramos la decisión de la plataforma de hacer de un sábado al mes un día mundial de lucha contra el imperialismo y por la paz. Nos comprometemos con esta iniciativa en la medida de nuestras posibilidades.

Intentamos ayudar a construir un movimiento más amplio que se ponga de acuerdo al menos en algunos puntos: un alto el fuego, el cese de la entrega de armas y la apertura de negociaciones de paz bajo los auspicios de la ONU. Sobre estas bases mínimas intentamos mover las líneas en el corazón de la población para que esto pese en el debate político nacional en un país donde incluso las fuerzas progresistas se unen demasiado a menudo a los belicistas y llegan a descubrir que la guerra puede ser una solución… ¡de paz! No es fácil a nivel nacional, pero estamos empezando a ganar puntos y aquí también la perseverancia es nuestra arma. En este contexto, debemos apoyar todas las iniciativas de los pueblos y Estados que persiguen una política contrahegemónica de soberanía, de cooperación internacional igualitaria y de promoción de su derecho al desarrollo.

De esta situación extraemos un análisis de la posición de los comunistas y progresistas en el mundo. Nos parece que también aquí debemos trabajar por la unidad de los comunistas y progresistas del mundo aferrándonos a dos ejes: nuestro análisis del papel del imperialismo mundial dirigido por los EEUU y la OTAN a su sueldo, y la necesidad de unir a los progresistas en la lucha por la paz y el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Desde este punto de vista, la plataforma antiimperialista mundial es una oportunidad que debemos dar a conocer exhibiendo con orgullo su logotipo y sus consignas.